martes, 2 de febrero de 2016

El que no vive para servir no sirve para vivir.

Desde que inicie a ejercer el periodismo en mi amado Chiapas, me di cuenta que no solo se trataba de una profesión que me apasiona sino que además era la oportunidad para poder darle voz a los que nunca son escuchados, para poder ayudar a los más necesitados, no con mi dinero sino exponiendo ante los medios de comunicación y la sociedad caso de familias desesperadas, de familias que tenían pacientes enfermos, muchos de ellos, sin un solo peso en la bolsa y sin posesiones materiales que vender para salir adelante, en muchas ocasiones logre gestionar desde medicinas, apoyos económicos, hasta viajes y operaciones para casos desesperados, tanto así que tengo dos ahijados más porque sus padres desesperados los vieron salir con bien de sus operaciones y en agradecimiento decidieron que así fuera, nunca he mencionado o alardeado de estos casos porque no es mi objetivo dar a conocer si ayudo o no a las personas, aunque cuando he podido les he dado dinero que no me sobra de mi propia bolsa, lo menciono ahora porque con tristeza en los últimos meses he tratado de seguir apoyando con esta labor, pero la falta de presupuesto de las dependencias estatales o a falta de voluntad de los funcionarios han hecho que a varias de las familias y las personas que se han acercado a mí, no les haya podido ayudar en casi nada, lo digo porque me queda una sensación de frustración e impotencia por no poder apoyarlos, que quiero desde aquí pedirles perdón, por no poder ayudarlos, decirles que de mi parte hice todo lo posible por que se encontraran o las medicinas o tratamiento o el dinero suficiente, pero la inactividad de muchos funcionarios me hizo imposible poder llevarles la ayuda como yo hubiera querido, pero no por eso dejare de intentarlo, siempre he pensado que mientas pueda ayudar lo haré, porque el que no vive para servir no sirve para vivir.